La mayoría de los animales pueden transferir el calor interno al exterior del cuerpo a través del sudor y los jadeos: estas son las dos herramientas más útiles para el mantenimiento de la temperatura corporal y conforman un sistema de enfriamiento natural.
Sin embargo, los cerdos no sudan y tienen unos pulmones relativamente pequeños. Debido a estas limitaciones fisiológicas y a la capa de grasa subcutánea relativamente gruesa, los cerdos son propensos a sufrir estrés calórico.
Los dos síntomas que obviamente se observan cuando los cerdos están expuestos a estrés calórico son el aumento de la respiración y la pérdida de apetito. Esta última reduce la producción de calor interno, pero también la ganancia media diaria de peso.
Si el estrés calórico se mantiene en el tiempo, los cerdos comienzan a beber cantidades excesivas de agua y acumula ácidos en el cuerpo
Herramientas de control recomendadas para reducir el estrés calórico
- Aumentar la ventilación y el flujo de aire.
- Reducir, si es posible, la densidad de la piara.
- Mantener la temperatura del agua tan baja como sea posible.
- Evitar dar los alimentos entre las 10 a.m. y las 4 p.m (el período más caluroso del día).
- Suministrar electrolitos y antioxidantes a través del agua.
- Aumentar la densidad energética de la dieta.
- Minimizar el exceso de aminoácidos no esenciales y fibra (para minimizar la fermentación intestinal y, así, la producción de calor).
- Aumentar la disponibilidad de antioxidantes a través de la dieta con vitamina E o betaína, por ejemplo
Sebastián Arcando
Médico Veterinario
Asesor Técnico comercial