Satisfacer las necesidades nutricionales del rodeo lechero para una producción y reproducción óptima es un gran desafío. Una vaca adecuadamente nutrida estará sana y será capaz de manejar el estrés asociado con una alta producción de leche.
Tanto la cantidad como la calidad de los ingredientes energéticos, proteicos, vitaminas y minerales de los alimentos, juegan un papel vital en los resultados reproductivos y productivos del ganado lechero.
El manejo nutricional en el Periodo Posparto
En el ganado lechero, la producción de leche suele alcanzar su punto máximo entre las 4 y las 8 semanas después del parto, pero, la ingesta de materia seca no aumenta proporcionalmente para satisfacer los requisitos de energía hasta las 10 – 14 semanas después del parto. En consecuencia, las vacas experimentan cierto grado de balance energético negativo durante el posparto.
Para satisfacer la mayor necesidad de energía para la producción de leche, los animales utilizan las reservas corporales, lo que resulta en la perdida de la condición corporal, problemas de salud, trastornos metabólicos y, por supuesto, disminución de la fertilidad del rodeo. El alcance y la duración de este balance energético negativo posparto están influenciados por la potencialidad genética para la producción de leche, la densidad energética de la dieta y el consumo de materia seca.
Por lo tanto, se pueden emplear estrategias de manejo nutricional para minimizar los efectos de este periodo.
La energía: factor clave en la producción lechera
La energía es el principal nutriente requerido por el ganado, la ingesta inadecuada de la misma impacta negativamente en la producción de leche y en la reproducción.
Debido a que el consumo de materia seca durante el período inicial de lactancia disminuye, aumentar la densidad energética de la ración es la única opción disponible para mejorar el consumo de energía, lo que puede lograrse mediante la suplementación con cereales o grasas. El principal ingrediente en aportar energía en una dieta es el maíz.
El rol de las proteínas
La proteína es limitante en cualquier sistema productivo ya sea carne o leche, en un tambo cada categoría tiene un requerimiento proteico diferente. Es fundamental cubrir esos requerimientos en cada etapa. Este nutriente puede ser provisto por fuentes de origen vegetal como forrajes de leguminosas, semillas y sus sub productos. Ejemplos: Expeler de soja, girasol, harina de soja etc.
Vitaminas: esenciales para una producción eficiente
Además de las vitaminas D y A, todas las demás vitaminas están presentes en una premezcla y/o alimento concentrado. Los suplementos vitamínicos son esenciales para una producción eficiente.
Los minerales deben ser de calidad
Los minerales se pueden suministrar en forma de suplementos al ganado. Los minerales en forma de piedra caliza y sal de cloruro de sodio son la opción ideal.
Para obtener la máxima productividad, lo mejor son las pequeñas trazas de minerales como el manganeso, el selenio y el cobre.
El empleo de premezclas con todos los minerales principales y secundarios es una excelente opción, pero, debe asegurarse de administrarlas en cantidades adecuadas y por parte de una empresa confiable.
Sin agua, no hay leche
El agua es un elemento esencial, es un nutriente más, requerido para la vida y también para incrementar la producción láctea. El agua ayuda al ganado a producir leche y ayuda al cuerpo a funcionar normalmente.
La leche de vaca contiene hasta un 87 % de agua, sin agua, no hay producción de leche.
Además, cuando la vaca no puede beber, come menos, su condición corporal se deteriora y la producción de leche disminuye o incluso se detiene. Es recomendable que cada vaca tenga acceso ilimitado a agua fresca, todo el día.
“Que el agua vaya a la vaca y no la revés”.
Nuestro equipo técnico y nutricional está al lado del productor y del operario cada vez que lo requieran.
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