El estrés térmico en bovinos es un desafío importante en la producción ganadera, especialmente en zonas con climas cálidos o durante las olas de calor.
Este tipo de estrés impacta negativamente en la salud, el rendimiento y el bienestar de los animales, y su manejo adecuado puede incluir estrategias de nutrición específicas. A continuación, te presentamos algunas prácticas nutricionales para mitigar el estrés térmico en bovinos:
1. Ajuste en la cantidad y calidad de la ración:
Menor contenido de fibra: Reducir el contenido de fibra en la dieta puede ayudar, ya que la fermentación de la fibra en el rumen genera calor. Es ideal utilizar forrajes de alta calidad, que son más digestibles y generan menos calor.
Incluir grasas protegidas: Las grasas tienen un alto valor energético y producen menos calor durante su digestión en comparación con los carbohidratos y la fibra. Pueden utilizarse grasas protegidas para aumentar la densidad energética sin afectar el funcionamiento del rumen.
2. Balance de electrolitos y minerales:
Aumento de sodio, potasio y magnesio: En condiciones de calor, los bovinos pierden minerales esenciales a través del sudor y la orina, especialmente sodio y potasio. Aumentar el nivel de estos electrolitos ayuda a mejorar la hidratación celular y el equilibrio de electrolitos, reduciendo el impacto del estrés térmico.
Magnesio: Es fundamental para el equilibrio de electrolitos y la función muscular, y ayuda a contrarrestar la pérdida de minerales inducida por el calor.
3. Aporte de antioxidantes:
Vitaminas C y E: Los antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo que el estrés térmico puede causar en los tejidos del ganado. Estas vitaminas, junto con el selenio, son útiles para proteger las células y mejorar la respuesta inmunológica.
Betacarotenos: Actúan como antioxidantes y pueden ayudar a mejorar la salud reproductiva y reducir el estrés en los animales expuestos al calor.
4. Provisión de agua fresca y en cantidad suficiente:
Aumentar el acceso al agua: Durante el estrés térmico, los bovinos aumentan su consumo de agua para regular su temperatura corporal. Es fundamental asegurar que siempre haya agua fresca y limpia disponible, de fácil acceso y en cantidades suficientes.
Frecuencia de consumo: Considerar aumentar la frecuencia de suministro y el número de bebederos para evitar la competencia por el agua y asegurar que todos los animales tengan acceso continuo.
5. Uso de aditivos específicos:
Levaduras vivas y probióticos: Estos aditivos pueden mejorar la salud del rumen y ayudar a la digestión, lo que puede disminuir la producción de calor interno y mejorar la eficiencia alimentaria.
Aditivos específicos para reducir el calor metabólico: Algunos compuestos ayudan a estabilizar el pH ruminal, lo cual es beneficioso en condiciones de estrés térmico, donde la acidosis ruminal es más común.
6. Modificación de la dieta en horarios específicos:
Distribución en horas frescas: Proporcionar las raciones más energéticas en las horas más frescas del día (temprano en la mañana o tarde en la noche) puede ayudar a minimizar el aumento de temperatura corporal debido a la digestión.
Alimentación en dos o más porciones: Dividir las raciones permite que los animales digieran mejor y mantengan una temperatura corporal más estable durante el día.
7. Uso de fuentes de proteína de fácil digestión:
Menos proteína no degradable en el rumen: Se recomienda reducir el uso de proteínas de difícil digestión (como harinas vegetales de baja digestibilidad) y optar por fuentes de proteína de mayor digestibilidad para reducir la producción de calor durante la fermentación.
Estamos al lado del productor y del operario cada vez que lo requieran.
Equipo de Asesores Técnico Comerciales de Nutriar S.A.
Contacto: +54 (03496) 412008 o [email protected].